miércoles, 14 de octubre de 2009


“A los diez años la vida
es un cuento previsible, los malos son feos, infelices y terminan mal; los buenos son lindos, felices y comen perdices. También es un juego donde los hijos son muñecos o peluches, una juega a la mamá, al ama de casa… Que distinto cuando vemos que la vida no se ajusta a ese juego infantilNo, la vida es otra cosa, la diferencia entre malos y buenos es más sútil que una cara bonita y un final feliz, la verdadera lucha entre el bien y el mal ocurre cada día en nuestro interior. Uno crece y el juego se vuelve más serio; ay… ¡quién pudiera vivir cantando como un chico! Ay...¡quién pudiera eternizar el juego, vivir por siempre en un cuento de hadas! Ay… ¡quién pudiera ser por siempre chiquitita!

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Suspiros olvidados