Me dijiste te amo y como una tonta te lo creí. Tus promesas falsas me dieron alas y yo caí. Hoy me siento triste al darme cuenta que eras así. Tú con todos tus encantos y hasta con llantos llegaste a mi. Tú que me seduciste siempre mentiste perro infeliz. Tú me manipulaste como quisiste, que tonta fuí. Aunque me gozaste, me disfrutaste yo no perdí. ¿Por qué será? Nos entregamos, ilusionamos, nos pagan mal. Faltan hombres que entre sus brazos sepan amar, no quiero más en mi vida que me hagan llorar.
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Suspiros olvidados