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Hablando de vos, de mí, de lo que vivimos y fuimos juntos me hizo querer recordarnos. Y en cada foto que voy pasando una lágrima cae, pensando en aquéllos momentos en los que supimos hacernos felices uno al otro. Pero también voy recordando aquéllos momentos en los que nos lastimamos y dejamos ver lo peor de cada uno. No sé si leerás esto, supongo que si. Lo hago más qe nada para descargarme, porqe siempre me hizo bien escribir en este tipo de situaciones, en los que me encuentro sólo yo conmigo misma, mis emociones y mis pensamientos. Y nada mejor que escribirlos para después poder revivirlos más adelante. Veo posteos y firmas y me acuerdo de cosas vividas que no tenía tan presentes. Leí cuando conté cómo nos habíamos conocido y nuestro primer beso, y puedo jurar que hasta sentí que estaba ahí, reviviendo ese momento. La felicidad que ahí tenía es inexplicable, al igual que a los días siguientes. Era una chica con sueños de amor, soñando con ser parte de un cuento de hadas, vos siendo mi príncipe azul y yo tu princesa. No veía lo malo a pesar de haberlo sufrido, y vivía en mi felicidad. Estar con vos, bien o mal, era mi felicidad. Y podías desilucionarme una y mil veces, que yo iba a seguir amándote y estando a tu lado. Hacía oídos sordos al exterior y tus palabras eran música en mis oídos, mi melodía más apreciada. Y era feliz, ciegamente feliz porque amarte era lo más lindo que podía sentir. El tiempo lentamente fue pasando, crecí y fuimos cambiando. Dejé de manifestarte el amor que sentía mediante palabras porque creí que así me estaba formando un escudo frente al dolor, que me estaba defendiendo contra lo malo que podía volver a llegar a pasar. Ya no quería desiluciones. Sin darme cuenta, que con el tiempo que iba pasando lentamente, dejaba de amarte. Y qué ironía! Vos estabas empezando a sentirlo realmente. Y fue por ello qe cambiaste muchas cosas para bien, querías llevarme a un mundo de princesas y príncipes en el que yo ya había dejado de creer. Quería entregarme por completo nuevamente pero había algo dentro mío que se negaba. Que se negaba a confiar, que se negaba a creer, que se negaba a dejarse querer. Pero vivía cada salida, cada beso, cada abrazo, cada caricia y susurro de amor como el tesoro más valioso; y quería que cada momento de felicidad sea eteeeeeeeeeeerno. Pero nada lo es, y volvieron a pasar cosas malas, y todo se va acumulando. No era algo que pasaba, se solucionaba, y se olvidaba. Nada tiene que ser olvidado, sino también se olvida algo de lo qe uno es, de lo que formó parte. Siempre quise poder vivir toda mi vida con vos, que algún día pudiéramos irnos a vivir juntos y tener nuestros hijos. Y juro, te juro, que di lo mejor que pude dar siempre, para poder cumplirlo. Vos más que nadie sabes todo lo qe hice por lo nuestro, quisás en momentos de enojo dijiste que no lo veías, pero yo sé que si. Y estoy feliz porque desde que te conocí noto un avance más que grande en vos, maduraste y espero que aunque ya no estemos juntos, no retrocedas, que sigas creciendo y todo lo que vivimos te sirva de experiencia. Yo sé en lo más profundo de mi corazón que realmente me quisiste y que dabas hasta tu vida por esto, y que más de una noche lloraste por mi. Ahora sólo puedo pedirte perdón por eso, y rogar que algún día me entiendas. Como ahora yo puedo entenderte a vos, y ya no tengo nada que reprocharte. Errores los tenemos todos sino no seríamos humanos, simplemente no pudo ser, las cosas no se dieron como nosotros hubiésemos querido, pero siempre te voy a tener como una de las mejores personas que el destino me pudo haber presentado. Gracias por tanto.