sábado, 28 de julio de 2012
Tren al edén ( ♪ )
• Una histeria innecesaria,
así como descabellada,
abandoné cuando te vi.
Sentí estragos en el pecho,
del más loco frenesí.
Abundancia de promesas,
y una súplica de ayuda
para ir juntos a la luna.
Pasional como sutil
me arrebataste el cielo y lo adornaste.
Y con el tiempo me enseñaste qué es el amor, y que en la cama no hay restricción.
Hoy sé que no debe existir
placer como admirarte reír.
Nunca va a haber otro hombre que me ame así.
Si ves que hago todo a prisa
vas a ver una sonrisa
cuando esté por concluir.
Lo hago para estar más tiempo
donde siempre soy feliz:
en tu espalda, que este día,
ha de ser andén del tren
que me lleva hasta el edén.
Y yo voy a sonreír mientras las sábanas que cubren nuestros cuerpos no dejen escapar el fuego
que se encendió por nuestras pieles haciendo fricción.
Arraigados de pasión:
tendré que enterrarme en el sol
para volver a sentir ese calor.
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Suspiros olvidados