(...) Los astros se rieron otra vez, la llave de mandala se quebró. O simplemente te vi.
Todo lo que diga está de más,
las luces siempre encienden en el alma
y cuando me pierdo en la ciudad, vos ya sabes comprender. Es sólo un rato, no más. Tendría que llorar o salir a matar.
Te vi, te vi, te vi... Yo no buscaba nadie y te vi. (...)
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Suspiros olvidados