viernes, 9 de mayo de 2014
Y es que nada es realmente nuestro
En el querer encontrar nuevas cosas se encuentra también el querer dejar las viejas. Si existe alguna evasión u olvido sobre éste segundo querer, la persona se genera sufrimiento, porque es apegada, no sabe desprenderse. Y es que nada es realmente nuestro, lo que perdemos otro lo toma, así que en realidad somos generosos. Cuando comprendes la sencillez de eso, entiendes que no existen los malos momentos, sino los momentos que no se saben aprovechar.
Mis olvidos tratan sobre:
J. Porcupine,
La vuelta al mundo para abrazarte por la espalda
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Suspiros olvidados