domingo, 28 de julio de 2013

Cortala y olvidala.-

No lo puedo evitar, tu herida aun me sangra. Me sangra sin provocarla, sin jarabe ni desinfección. El médico de guardia dijo, dijo que había que cortarla, cortarla y olvidarla. - Para usted debe ser fácil, le dije, porque es mi herida. Como un ciego hacia el fuego viajé, alas de mariposa. De todas las heridas que tuve, fuiste la más hermosa. Herida que muerde, me mata la vida de muerte rabiosa. Como un ciego al fuego quiero ir y ese fuego ya no es para mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Suspiros olvidados