domingo, 7 de diciembre de 2014

Respira. Sonríe

Respira. Sonríe. Que el árbol te regala el aire más puro del bosque. No recuerdes el cemento de la gran ciudad esta vez. Y besa la tierra que besan tus pies. Respira. Sonríe. Prueba el fruto del árbol prohibido por los tontos. ¿Qué más van a hacer para llenarte los bolsillos de polvo y huir? Si aquí amarras tu bote prefiero seguir. Y te quiero al natural, al carajo con la compostura. Las tetas al aire, la mirada segura. Y el corazón abierto a los que quieren lastimarte porque no pueden ver: la vida, el amor, el sexo y el arte. Respira. Sonríe. No compres en oferta el plan del indeciso. Ese busca llevarte por caminos conocidos. Y enseñarte a vivir pidiendo permiso. Y no mires para atrás. Que tu sombra no es de mármol y verás: que no existen las fronteras, no camines en hilera. No reprimas tus canciones, no repitas oraciones. No te entregues de a mitades, no confieses tus verdades. No me niegues de tu copa, no te escondas tras la ropa...

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Suspiros olvidados