domingo, 20 de junio de 2010

* Por Dentro


Quiero verte por dentro.
¿Cómo se hace para mirar a un hombre por dentro y verle el alma?
¿Para asomarse a su cielo o a su abismo y ver la sudestada de su anhelo, el tifón de su furia, la calma de su ternura, el fuego en erupción de su deseo?
Quiero sacar los velos de tus escondites.
Leer en tu frente como en un libro abierto.
Que no tengas secretos, ni intimidad, ni un lugar en tu mente donde esconder nada.
Quiero verte los pensamientos: desnudos, indefensos, ofrecidos.
Conocer el color de tus mentiras.
Descubrirlas.
Mirarlas con un microscopio y ver de qué están hechas, cómo las has formado.
Quiero saber cada palabra que le hayas dicho a otra.
Cada palpitación, cada pequeña gota de sudor, cada temblor, cada lágrima, cada sonrisa, cada sobresalto, cada alegría, cada dolor, cada triunfo, cada derrota.
Quiero saberte.
Conocer todos los lugares por donde quedaron las marcas de las suelas de tus zapatos.
Encontrar los pañuelos que prestaste, los olores que te envolvieron, los sonidos que te enredaron y pusieron cantos en tu garganta.
Por dentro.
Quiero verte por dentro como veo mi rostro en los espejos.
Que no te niegues.
Que no me apartes.
Que no temas.
Que me dejes averiguar si son verdaderas las palabras que me dices.
Que me demuestres tu amor entregándome generosamente tus secretos de hombre, tan misteriosos.
Si realmente me amas como dices, no cierres la puerta que quiero abrir.
Si realmente me amas como dices, no me vendes los ojos, porque quiero mirar como construyes la guirnalda de cristal de tus caricias.
Si realmente me amas.
Si me dices que me amas.
Si realmente.
Si es amor, y si es magia y si lo único que importa en el amor es darle al otro. la seguridad.
Y darle confianza
Yo le pido permiso al jazminero para cortar su flor y por eso los jazmines me marean con su perfume.
Y le pido permiso al ciruelo para cortar ciruelas, entonces sus ciruelas dejan dulce mi boca durante muchas horas.
Y también les doy gracias...
Pero el jazminero no es mío. Es de los duendes.
Y el ciruelo no es mío, es de las hadas.
En cambio tú eres mío.
No pediré permiso para arrancarte ramos de tu amor y que tu olor me embriague.
No pediré permiso para arrasarte como una tormenta y reconstruirte como un milagro, y creerte y crearte.
Porque te necesito.
Porque me necesitas.
Porque no voy a hacer nada para disimular lo que siento,
para quedar bien,
para parecer sensata e inteligente,
para no quedar en ridículo,
para mostrarme como una mujer que maduró
y aprendió la lección.
No maduré, no crecí, no aprendí nada...
Sé lo que sé...
Sé que el amor nos hace posible atravesar distancias y paredes.
Usar el corazón como vehículo...
y que dos almas viajen abrazadas a la tierra de los sueños...
que es este mismo mundo pero cuando tú y yo lo miramos...
Por dentro.
Quiero verte por dentro.
Sólo así será cierto.

Poldy Bird.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Suspiros olvidados