Que loco amanecer,
mordiendo tu sonrisa. Y
amarte hasta caer,
perdido en tus caricias. Que bello atardecer,
sudando entre las sabanas.
Volverte a recorrer,
jugando con malicia. Embrujados, encendidos, indecentes, escondidos.
Mis manos como garras
se han prendido de tu piel. Prisioneros de la luna,
reinventado la locura. Entre
gritos y
dulzuras,
tú y yo. Los momentos
sin medida devorándonos la vida.
Enredados noche y día, tú y yo. Que
mágico es
dormir al borde de tu cuerpo. Saber que
estas ahí dibujándome los sueños. Y al despertar
morir,
rendido a tu belleza.
Llorar hasta reír,
burlando la tristeza. Embrujados, encendidos, indecentes, escondidos.
Tus labios insolentes y atrevidos
piden más.-
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Suspiros olvidados