domingo, 23 de febrero de 2014

Sonrisa

Una noche en las calles de Lomas sin puntos ni comas le dio por hablar. Su lunar, su iglesia y su candombe  no aclaraban a donde apuntaba el pulgar. Y era linda. ¡Por Dios que era linda! Si patinaba y seguía siendo linda. No cantaba muy bien y no andaba mejor, pero sonreía y era la más linda. Y salimos a quemar las veredas, a enroscarnos en seda, Biblia y calefón. A salvar al país, ¡no! ¿Qué digo al país...? Si salvamos al mundo. ¡Salvamos al mundo! Salvamos al mundo esa noche. Las pasiones que dan escalofríos son aquellas que no se mezclan con el agua...

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Suspiros olvidados