domingo, 6 de diciembre de 2009

Intenté ser libre, pero un día en tu amor morí. No pude escapar, prisionera sin razón me volví. Jugaste conmigo, y sin pensar todo te dí. Juraste amor eterno, mi motivación para vivir. Pero mentiste, igual te creí. Ciego mi corazón por el cual en tus ojos caí. Lo único que lograste fue hacerme sufrir. Y aún así de mentiras y verdades no entendí. Besos y suspiros, fueron todos para tí. Pero sólo falsedad fue lo que sentí. Con facilidad a tus brazos me rendí, ningún tipo de calor pude percibir. Todas tus palabras sin sentido pude oír, Te pedí sinceridad y nada de eso recibí. Lo único que pedía era a tu lado ser feliz.


* Lo escribí, no me acuerdo cuando. Pero me acuerdo perfectamente todo lo que sentía y la razón por la cual descargarme escribiendo. Porque hacía bastante que no lo hacía. Siempre dije que la tristeza es más inspiradora para escribir que la felicidad. Triste ironía. Parte de los pocos escritos que conservo me ayudan a no olvidar, a recordar lo que en su momento viví y sufrí, porque a veces uno se olvida de por qué fue que uno cambió o cuales fueron los obstáculos que tuvimos que pasar para hoy ser lo que se es.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Suspiros olvidados