lunes, 19 de mayo de 2014

Y es que hay veces...


No hubiera servido de nada aparecer en la puerta de la habitación, mirarla, apartarla de la maleta, darle uno de esos besos increíbles y decirle que no se marchara. No serviría de nada y yo lo sabía. Ella necesitaba que le dijese otras cosas que yo no podía decir en aquel momento. Y es que hay veces que una pareja arrastra tanto que ni el amor es suficiente... Ni el amor es suficiente.

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Suspiros olvidados