jueves, 8 de mayo de 2014

Jueves 5 de septiembre


Creo que en esto sentimos igual. Tenemos imperiosa necesidad de decírnoslo todo. Yo hablo con ella como si hablara conmigo mismo; mejor aún que si hablara conmigo mismo. Es como si Avellaneda participara de mi alma, como si estuviera acurrucada en un rincón de mi alma, esperando mi confidencia, reclamando mi sinceridad.

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Suspiros olvidados